Hace poco me volví a cruzar con Anahí en Rosario. Me contó que andaba muy entusiasmada con la residencia de Pequeña biblioteca en América Elda Nancy. ¿Cómo es eso?, le pregunté, ¿una biblioteca dentro de otra biblioteca? ¡Claro que sí! América tiene un corazón enorme, una casa hermosa y un jardín abierto a los encuentros y abrazos. En septiembre tuvo lugar una activación de la que participó DJ Book con su arte nuevo de leer libros. Durante la jornada hubo oportunidad de acercarse, mirar, tocar y leer las publicaciones en exhibición y también participar de rituales colectivos de lectura.
Categoría: reseña
reseñas de muestras, libros y todo tipo de objeto y experiencia artística
el derrumbe que nos rodea
Hace varias noches que me cuesta dormir. Me enganché con Nuestra parte de noche, un novelón re oscuro de Mariana Enríquez, y ando soñando cosas raras. Se lo comenté a Mari y me dijo que ella estaba igual, pero porque no podía parar de pensar en las pinturas de Amanda Tejo Viviani. Hace unos días sacó turno, fue a la muestra en NN y quedó prendida de ese mundo febril hecho de noche, perros, velas, ojos, espejos y rojo sangre. Me pareció que tenía que exorcizar algunos demonios así que le propuse que se pusiera a escribir. Con un aullido me respondió que sí y en una madrugada me llegó este texto y unas fotos.
atacarnos en otras sensibilidades
Volvía del super con los víveres sin sanitizar y al pasar por la plaza noté algo raro: mucha gente atenta a sus auriculares, varixs mirando para el mismo lado, unas chicas observando a un repartidor como si imaginaran su vida. Después noté que algunxs no tenían barbijo: uno que tocaba la guitarra y cantaba en voz alta, otra que bailaba muy concentrada en su propia música. Me quedé chusmeando de lejos para entender qué pasaba y de golpe… aplausos, un montón de aplausos. Resulta –me contó Flo, puñito mediante– que se trataba de Mi parte es todo, una obra de teatro escrita y dirigida por Braian Kobla. Me dijo que antes de ir no tenía ni idea de qué se trataba, solo había reservado la entrada por Instagram y le habían mandado un audio por Whatsapp. Estrenada en octubre de 2020, la obra sorteaba las restricciones a las actividades artísticas y culturales y presentaba como emplazamiento un espacio tan cotidiano –y de pronto tan extraño–. Todo transcurría entre personajes camuflados con vecinxs, habitués de la Plaza Rivadavia y un audio que acompaña sus derivas e historias. Me quedé con intriga y le pedí que me contara un poco más.
la denuncia de los trapos
A Juli la conocí en el bosque platense. Yo recolectaba hojas de ginkgos. Ella acompañaba a mujeres triperas que son parte del área de género del club. Nos quedamos hablando un rato largo de bocha de cosas: el Diego, el feminismo en el fútbol, la Copa América pandémica, las recientes manifestaciones por el día del orgullo LGTBIQ+ en varios partidos y la bandera de luces que la UEFA no dejó mostrar afuera de un estadio en Múnich. También comentamos que hace unos días, en Uruguay, ante la muerte del represor José “Nino” Gavazzo, el club Villa Española salió a la cancha con una bandera que decía “Ni olvido ni perdón” y el jugador Bigote López llevaba puesta una remera en la que se podía leer “Te fuiste sin hablar COBARDE”. Resistir a pesar de la adversidad, desplegar tácticas astutas en la cancha que el poderoso organiza… Mi cuerpx conectó ideas y la invité a recorrer el proyecto que Leonel presentó en el MAM.
seducción de vidriera
Hace unos años que existe Súbita, en un local que no tiene el número en la puerta y si llamás a un remís tenés que indicar “sobre 44 entre 20 y 21, mano derecha bajando, al lado de un súper, una vidriera celeste”. Luego de algunas exhibiciones presenciales, y como estrategia pandémica, comenzó a activar muestras en la vidriera. Para no olvidar el fetiche de un afiche de papel también se hicieron pegatinas en el barrio porque si hay algo que a Súbita le interesa es el mundo gráfico platense. Juli, que es aliada del espacio, se fue caminando hasta el barrio La Loma para despejarse de tanta masa madre y selfie y nos comparte algunas de sus impresiones.
sacarle fotitos a todo
Surfeando el instagram, me crucé una y otra vez con los dibujos de Lucas Di Pascuale. Todos los posteos me llevaban a Los colores de los días, su última muestra en la galería cordobesa El Gran Vidrio. Encontré el anuncio de que Paula coordinaría una actividad en el marco de la exposición y, sin dudar, le escribí para que me contara sobre esas salas llenas de dibujos.
la biblioteca es el paisaje
Me tomé el micro a Rosario –en realidad, me colé en una encomienda– para sumarme a la Biblioteca y Archivo de Arte Contemporáneo América Elda Nancy. Ernestina me encontró hurgando entre los estantes y me invitó al patio a ver la muestra de fotos de Guido Leveratto. Nos quedamos charlando sobre litorales y paisajes mientras hojeábamos la investigación de Maxi Masuelli que salió editada en 2019 por Ivan Rosado. Entre gomeros y magnolias cantamos un bolero –que cumbiado por Gilda suena bárbaro– y comimos maníes esperando el invierno. Unos días después me mandó este texto.
para calmar las ausencias
boba fue a Rosario y se encontró con Anahí frente al río. Recién salía del CEC. Había visto “Les nietes de Carlos Marx”, una instalación que se activa para convertirse en obra de teatro documental en la que Ximena y Emiliano Pereyra, a través de archivos, reconstruyen la historia familiar en el cruce con la historia de nuestro país. Entusiasmada, nos contó sus impresiones.
¡arde el monumento!
Desde mediados de junio mi Instagram se empezó a llenar de humo: resulta que se estaban prendiendo fuego las islas del Delta del Río Paraná. Preocupada, me puse a investigar y encontré mucha gente reclamando y haciendo cosas. Hace unos días me enteré de que iba a pasar algo en Rosario: las chicas de Thigra, en coordinación con la Multisectorial por los Humedales, saldrían a activar la calle con un reclamo frente a las quemas. Vir, que vive frente al río en la Boca (Monje), viajó a Rosario para formar parte de la acción. Con gran intriga, me contacté con ella para que me cuente un poco cómo lo vivió.
monumentos derribados o estéticas de las nuevas ciudadanías
Además de ser lugares para que las palomas se posen o caguen, los monumentos situados en las ciudades tienen, para Ariel Barbieri, la pretensión de que el pasado se convierta en un expediente cerrado que guarde la ilusión de una referencia y nos exima de la necesidad de recordar. A partir de las masivas manifestaciones contra el racismo y la violencia policial, llevadas a cabo en diferentes partes del mundo luego del asesinato de Georges Floyd, muchas estatuas y monumentos de figuras relacionadas con el colonialismo y la esclavitud fueron intervenidas, decapitadas o volteadas. Acciones que, si bien no son inéditas, actualizan los debates y las disputas acerca de qué es lo que se conmemora y celebra en los relatos oficiales. Historia y memoria, pero también ética y estética.