Este 8M, en el marco del paro internacional de mujeres, nosotras las trans, travestis y putas decidimos parar y marchar, reivindicando muchas de nuestras luchas colectivas para visibilizarlas: militamos la autonomía de los cuerpos, la desobediencia en contra del patriarcado, el binarismo y la heteronorma como modelos obligatorios de vida. Nos hacemos presentes para que toda la sociedad sepa que existimos y resistimos.
Nosotras pasamos un sinfín de problemáticas que no solo se restringen a una desigualdad laboral, sino que se construyen desde la desidia social que nos excluye del (CIS)TEMA. Somos expulsadas de nuestros hogares y del sistema educativo a temprana edad por no entrar en el binomio de hombre o mujer. Salimos a ejercer el trabajo sexual de manera obligada, sí, obligada por nuestras familias, por el estado ausente y por el sistema en general, que parece olvidarse de que somos niños y niñas y de que no hay ningún derecho que nos proteja. Así nos iniciamos en esta corta vida, luchándola y resistiendo.
Empezaba marzo y ya nos preparábamos para concurrir a las diferentes asambleas y organizar la marcha del 8M. Sabíamos que no sería nada fácil por ser trans y más por ser trabajadoras sexuales, todavía quedan ciertos debates internos hacia adentro del feminismo –que si es trabajo o no y otro sinfín de opiniones– pero para nosotras era un desafío hablar en primera persona. Sabemos bien que hay sectores del feminismo a los que les cuesta aceptar que nosotras también existimos y además de eso opinamos y decidimos. Fue la primera vez que las putas y las trans nos encolumnábamos en la marcha organizadas al grito de:
¡¡¡LAS PUTAS, TAMBIÉN, SOMOS TRABAJADORAS
Y AL QUE NO LE GUSTA SE JODE, SE JODE!!!!!!
Al margen de las miradas acusadoras por parte de mujeres –que marchaban adelante o atrás nuestro– nos hicimos lugar, no nos importaba nada, estábamos allí haciéndonos visibles y presentes, gritando y cantando para decirle a la sociedad que también existimos, reclamamos y paramos:
– Paramos para exigir derechos laborales para lxs trabajadorxs sexuales.
– Paramos para exigir políticas públicas inclusivas para las personas en situación de prostitución.
– Paramos para que no sigamos siendo reprimidas e invisibilizadas.
– Paramos porque estamos hartas de que hablen por nosotras.
– Paramos por las personas trans y travestis que aún siguen buscando oportunidades laborales formales.
– Paramos por las mujeres trans migrantes que son foco de una política de seguridad criminal y xenófoba.
– Paramos por las que sufren violencias en la situación de prostitución y trabajo sexual.
– Paramos por el aborto legal, seguro y gratuito para personas con capacidad gestante.
– Paramos porque queremos un “feminismo inclusivo, que nos incluya a todas; las trans, las travas, las putas…”
Fotos de Catalina Poggio, mirá la cobertura completa acá