entre la tradición y la actualización

Ana Otondo

Seguimos preguntando y preguntándonos por los distintos modos y espacios en los que se enseña y/o aprende arte. Esta vez el ámbito es la Facultad de Bellas Artes, específicamente la materia Procedimientos de las Artes Plásticas.
¿Qué se puede aprender de arte en la Facultad de Bellas Artes? ¿Cuál es el sentido (o los sentidos) de enseñar y aprender arte? ¿Cómo esas prácticas formativas se articulan con el arte contemporáneo?

De alguna manera los movimientos/transformaciones que estamos viviendo en el arte implican pasar de la búsqueda de certezas a la aceptación de la incertidumbre, de lo estático/fijo, a la responsabilidad de la elección. Ante ello, el desafío permanente es reestructurar nuestras prácticas de la enseñanza, no sólo en la organización de los contenidos obligatorios, sino en los recursos didácticos y la dinámica de los trabajos de producción y propuestas pedagógicas, entre otras cosas”.

En primer lugar debería hacer una breve reseña de cómo surge la materia Procedimientos de las Artes Plásticas inscripta en el primer año de la carrera de Artes Plásticas y en segundo y cuarto de la carrera de Historia de las Artes Visuales. Cursan anualmente, entre ambos niveles, alrededor de 700 alumnos de distintas edades y procedencias, en los últimos 4 años la retención matricular aproximadamente es de un 70 %.
Cuando comenzamos a pensar y armar la materia en función de la última reforma del plan de estudios de ambas carreras en el año 2005, veíamos que el cambio de paradigma en la enseñanza del arte nos permitía repensar nuevas formas de explorar, profundizar y resignificar nuestro objeto de estudio, partiendo de pensar que las diferentes concepciones o definiciones sobre el arte y las corrientes artísticas suelen definirse y/o reformularse de acuerdo a un determinado tiempo y espacio.
Procedimientos de las Artes Plásticas es una materia que propone un abordaje en donde los alumnos puedan trabajar, a partir de diferentes producciones, las problemáticas de la interdisciplina en función de los actuales desarrollos del campo. De este modo y en torno a estas nociones, podemos reconocer nuevas visualidades y subjetividades, que dan cuenta de la riqueza simbólica del arte. Cada elección formal en el proceso de producción de una imagen, ya sea por su simplicidad o su fragilidad, da cuenta de la posibilidad de contar otras historias. Los desafíos de las producciones artísticas contemporáneas se relacionan con una variedad de perspectivas y por lo tanto de mundos posibles en los que convivir, pero también nos exige hacernos responsables del lugar desde el cual elegimos hacerlo.
De alguna manera los movimientos/transformaciones que estamos viviendo en el arte implican pasar de la búsqueda de certezas a la aceptación de la incertidumbre, de lo estático/fijo, a la responsabilidad de la elección. Ante ello, el desafío permanente es reestructurar nuestras prácticas de la enseñanza, no sólo en la organización de los contenidos obligatorios, sino en los recursos didácticos y la dinámica de los trabajos de producción y propuestas pedagógicas, entre otras cosas.
Como decía anteriormente, es una materia que intenta mantener parte de las tradicionales denominaciones disciplinares e ir incorporando las nuevas formas emergentes del arte contemporáneo como parte de las prácticas artísticas actuales. Entendemos que la enseñanza del arte requiere la capacidad de comprender y posibilitar la apertura necesaria para dar lugar a creaciones diversas e innovadoras que den cuenta de una de las características principales del mismo: la multiplicidad de miradas e interpretaciones posibles.
Es así como planteamos el abordaje de la materia que se estructura entonces a partir de los procedimientos, operaciones formales que atraviesan el desarrollo de los modos de representación plástica, tanto en la bidimensión como en la tridimensión. Los mismos funcionan como ordenadores para el abordaje disciplinar, permitiéndonos superar la compartimentalización de los saberes de las diferentes áreas. Requiere entonces indagar por un lado, en alternativas capaces de comprender los cambios producidos en el interior de cada una de las disciplinas y, por otro, incorporar nuevas problemáticas surgidas como consecuencia de la existencia actual de obras cuya definición excede ampliamente las tradicionales denominaciones. Entendemos que esta organización de los contenidos, permite, entre otras cosas, la inclusión de procedimientos aún no legitimados, pero que están presentes en las producciones del arte contemporáneo, contemplando también la exploración y apropiación de espacios que pertenecían a otras prácticas artísticas permitiendo mezclar, crear, investigar otros géneros transformando las producciones realizadas. Propiciar experiencias abiertas en la que dialogan producción y reflexión, haciendo visibles en el espacio la temporalidad del proceso de producción artística, nos posibilita ingresar al concepto desde la forma.
Como docentes de arte, resulta un desafío continuo elaborar estrategias en las que los contenidos específicos del plan de la carrera, puedan hilvanar no sólo problemáticas del campo sino que permitan además situarse en el contexto de un sistema universitario inclusivo, promotor de profesionales críticos y comprometidos en su hacer, desde los primeros años de la formación académica.

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