Además de ser lugares para que las palomas se posen o caguen, los monumentos situados en las ciudades tienen, para Ariel Barbieri, la pretensión de que el pasado se convierta en un expediente cerrado que guarde la ilusión de una referencia y nos exima de la necesidad de recordar. A partir de las masivas manifestaciones contra el racismo y la violencia policial, llevadas a cabo en diferentes partes del mundo luego del asesinato de Georges Floyd, muchas estatuas y monumentos de figuras relacionadas con el colonialismo y la esclavitud fueron intervenidas, decapitadas o volteadas. Acciones que, si bien no son inéditas, actualizan los debates y las disputas acerca de qué es lo que se conmemora y celebra en los relatos oficiales. Historia y memoria, pero también ética y estética.
Author: Ariel Barbieri
Nací en 1973 en La Plata, Argentina, pero a comienzos de este siglo empecé a migrar. Soy artista plástico, profesor en Semiótica en la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Río Negro, carrera que dirijo desde 2015. Además, soy Profesor Adjunto de la asignatura Arte y Espacios Públicos de la Licenciatura en Arte y Sociedad de la UNCO e integrante del Instituto de Políticas Públicas y Gobierno, en la misma Universidad. Desde hace varios años investigo sobre el tema monumentalidad desde una perspectiva semiótica; este tema forma parte del plan de mi tesis doctoral la cual estoy desarrollando en la Universidad Nacional de las Artes (UNA).