“…nos (des)hacemos lesbianas en la comunidad tortillera, en la pertenencia a un colectivo que nos da un lugar para poblar de sentido el desierto.”
Virginia Cano
El 29 de septiembre nos encontramos a la nochecita con Mane, una persona que much*s conocemos por sus multifacetas, todas destellantes de singularidad. El lugar era Cösmiko, esa galería, club, peluquería, lugar de acciones autogestivas tan multifacético como ella, tan identificado con/por ella. Ubicado en 10 y 71, una esquina/un borde, casi al límite de una cuadratura urbana planeada como ideal. Sus paredes no se ven como las de una casa vieja –ni las externas ni las internas–, visibilizan activismo, juventud y desobediencia.
Que ella se enuncie en su cuenta de instagram como @manearmando_ da cuenta de su naturaleza armadora. Armadora de grupos, comunidad, rondas, cortes de pelo, tinturas fantasía, fiestas, encontrolazos, programas de radio polésbicos, fasos 4:20, estilos hasta para vestirse. Y puedo seguir, como cada quien que se cruzó en la vida con ella.
eraMane como forma de (des)armar maneras, Mane armando eras dislocadas, o Maneras de estar en proceso de (re)armado constante. Su única coherencia –así lo afirmó– es la tijera: tijera lesbiana / tijera peluquera / tijera collagera. ¿Será por eso que hasta la tiene tatuada?
TIJERA. Cortar. Pegar. Papel. Descompostura. Tripas. Estómago.
Acción. Razón. Duelo. Duelo creativo. Cerrar proceso. PROCESAR. Límites.
Caca. CULO. Cagar en público. Ideas colectivas. DESPROGRAMAR.
Me dijo que empezó a collagear cuando empezó a poliamar, desde fines de 2017. Me dijo que esta forma de armar colaboró en el tránsito de angustias terribles, porque –su sol en cáncer le indica– afuera hay más lugar para fugar/cuidar/cagar/gozar. Me dijo: “todas somos un collage de mostreadas, somos un recorte de/en la historia con/en otras”. ¿Cortar/pegar es vincular?
Nos encontramos con una puerta, con un momento, con un universo de imágenes. Nos encontramos con múltiples. Insistir en el fragmento, detener el tiempo, capturarlo, abrazarlo en pausa, y no volver al mismo lugar. ¿Cuándo están sucediendo las imágenes? En cada recorte, ante cada alteración; ahora es igual a cada instante. Una obstinada tracción entre el detalle y la reiteración de su propio foco, se presenta ante nosotr*s. Y ante el tiempo, tod*s y cada un*, en sus posibles diversos estados. Mane recorta y pega huellas de una intimidad, alterada en su obrar, deseada en su andar.
Armar …y andar
armar, desarmar y amar
poliarmar y poliamar
eraMane de mostrar
La energía de la noche y la luz cuasi sombría de Cösmiko ya nos predisponían a experimentar esa inauguración como una fiesta. Porque, además, los encuentros colectivos de la disidencia platense que allí suceden, así se viven. La exposición montada en uno de los espacios de esta casa tenía más de 20 collages de papel. El ingreso era desde el patio que da a 10, por la puerta trasera, porque siempre en esa comunidad será mejor ingresar por el culo y no por “el frente que corresponde” (ante todo, ANO: Anarquicemos Nuestros Orificios y según perfo de Mane: la patria es el orto). Pasando la primera puerta, había un collage jerarquizado que formaba parte de un altarhomenaje a la Shirley, la trava bombón tan referente del mundo políticoafectivo de Mane. Mesa, velas, flores, el sellito de “fugate al lesbianismo”, ofrendas varias armaban el inicio de algo con mucho fuego. Luego se abrían dos opciones, la parte donde se encontraban la mayoría de los collages, y la parte donde nos invitaban a participar en el armado de un collage 3D. Como en Cösmiko siempre es posible elegir, no sólo porque su adaptación arquitectónica abre y conecta espacios materiales, sino porque la “filosofía de vida” de quienes lo gestionan nos habilitan a habitarlo libremente en cada evento, podíamos armar nuestra propia aventura.
Yo elegí ir hacia “la sala de exposiciones” (¿defecto profesional?). El montaje del nombre de la muestra –palabras hechas con teclas de la compu– posicionaba a la armadora desde su fuerza deseante: cortar/pegar, Ctrl z, Descontrol, delete/enter/barra espaciadora, y debajo un collage armado en la pared. Todos signos muy gráficos del planteo poéticopolítico de la expo. Algunos eran de pequeño formato, otros de mediano. La forma en la que estaban exhibidos también era como un gran collage en las paredes: algunos existen como objetos portantes con marco dorado; otros estaban pegados directamente al muro, (des)enmarcados.
Y con este espacio se abría otro con un maniquí en el centro del piso, a la par de unas canastas con revistas, papeles, tijeras, plasticolas. La propuesta era que hagamos collage colaborativo quienes lo deseáramos, sobre ese cuerpo que también era necesario dislocar, subvertir sus sentidos de belleza y armonía. Una especie de cinta lumínica le recorría esa piel que cada vez se hacía más densa con nuestra interacción; esa luz era parte del fuego que encendía las ganas de descontrolar sentidos hegemónicos, otra vez.
En todos los casos, los montajes suponían papeles de diferentes orígenes, tipos, gramajes y colores, con imágenes y palabras armadas con letras cuya autonomía reforzaba la idea de fragmento.
eraMane de montar
Decir collage es decir procedimiento de montaje. ¡Montar es un montón! Esto implica hacer más int/mensa la posibilidad de activar esa técnica utilizada en artes visuales ya desde las vanguardias, como alegoría, apropiación, inorganicidad, mundo disruptivo, materiales de “baja cultura” para la cheta lupa burguesa. Si aquell*s disidentes artistas deseaban desactivar la autonomía del arte moderno, acá hay otro desplazamiento: porque los cuerpos del feminismo deseamos una autonomía que nos fue aniquilada, porque los cuerpos de las lesbianasnomujeres deseamos una autonomía de nuestras existencias que aún nos es violentada. Nuestra eraMane contemporánea nos arroja a este otro vértigo: disidencia no sólo en el procedimiento visual a las malditas bellas artes sino en su activismo lésbico a la opresiva cisheteronorma.
Si el collage fue antisistema desde el terreno del fragmento de sentidos y la super/yuxtaposición material, podemos ir por más con Mane con su potente herramienta de visibilización y agite contra el deber ser sexual. Su operación poéticopolítica usando diferentes fuentes para su producción –revistas de todo tipo, libros, diarios, folletos, afiches– hace al sentido mismo de sus ideas: redunda en la potencia incisiva del cuerpo que no elige la hegemonía como dispositivo para enfrentar el proceso interno. Su Manera de postproducir genera experiencias de tiempo y espacio alterados: deseo de actuar y actuar desde el deseo.
Mane alegorista le otorga otra dimensión escritural a su obrar: la nueva expresión se libera de la imagen de origen y sus significados impuestos al nacer porque va contra el asesino canon de belleza. Ahí la e/afectividad de su tijera lesbiana / tijera peluquera / tijera collagera. Prueba y ensaya, se atreve y estalla, combina y procesa, y armando acontece.
eraMane de mostrear
Decir collage también es decir creación de otro universo de posibilidad, armado de tribu, romper lo establecido. ¡Otro montón! Así, Mane nos llevó a la comunidad tortillera como posición crítica, a ese ethos y lengua de las amantes que según Virginia Cano es modo de estar (2015). Pero un estar que sagazmente cuestiona la norma, apostando a un cuerpo libre, a una boca que no teme. El cortar en/de esta ética tortillera supone desplazar enunciados para eliminar sentidos clausurados, y en ese (des)nombrar como forma de producción subjetiva –al decir de val flores cuando prologa el texto de la @doc.torta– procede la incisión en el sentido de la escritura, en las bases de lo cisheteronormado. Papeles rotos.
La eraMane no será el Borrador para un diccionario de las amantes de Wittig y Zeig (1976), pero no está lejos de ser un espacio colectivo de amparo, revolución y resistencia. La plataforma armada también hace desaparecer los elementos que distorsionaron nuestra historia, su disposición lagunar funciona para decir lo mínimo y sugerir más: los collages son como premisas operativas de la realidad lésbica. Y, entonces, siguiendo con la tónica también de algunas performances donde Mane fue protagonista: ¿la expo Cortar/pegar es parte material de un modo de evacuar a través de la metáfora? ¿la Manera de cagar lo que se necesita desechar? ¿Es la tijereta una a/efectiva herramienta ante todo proceso de dolor? ¿La tribu lésbica es garantía de cuidado? ¿Las tortas sanamos heridas construyendo nuestros propios diccionarios?
Creo que sí. Miren algunas de las ideas alojadas en las piezas gráficas:
Para armarme primero me desarmo
Programada para el mal (el preferido de ella)
Eso que llaman amor libre es trabajo no remunerado
Ni varón ni mujer lesbiana
No es sororidad es lesbianismo
Sabiduría trava saber revolucionario (dedicado a su amiga Shirley)
RIP Binarismo
Despenalizar el deseo
Tejo redes para caer segura
Concentrate en cuidar de vos
Me cago en tu moral
Ante una catástrofe el lesbianismo me salva
¿Cuánto resiste un cuerpo? (mi preferido)
Resultó compleja la trieja
Para poliamar primero amor propio
Desromantizar todo
La promiscuidad me salva
¿No sirven para desactivar lo indecible de nuestras identificaciones? ¿No son lengua nueva hecha texto? Este poblado de sentidos muy sentidos también es parte de un poblado de lesbianas que tanto arman/aman con su guerrilla y aventura una tribu particular –a lo Wittig–, como residen/resisten con su ética tortillera –a lo Cano–. ¿eraMane obradora es Mano Muestra Multi Montaje Mostra Manera Mojar Mundo? Montón Muy.
PD: la exposición fue desarmada por la humedad de las paredes cósmikas, pero pueden visitarse las piezas gráficas en la humedad cósmika del ig @manearmando_