Me intrigan las invitaciones a lugares o eventos de los que no tengo mucha referencia. Por eso cuando llega la pregunta ¿vamos a la presentación de Cariño? no dudo la respuesta:
– Vamos.
Llegamos a Taller Caleidoscopio/Supermercado libros y ahí estaba Cariño: inaugural, de fiesta, con aire de estreno. En una mesita, los fanzines de China Made (impulsora del proyecto), Glenda Pocai, Mario Gaitán y la promesa de un próximo título de Matías Médeler. Publicaciones poéticas atravesadas por comunicaciones de la era digital: un poema enviado por inbox a Jorge a las 18.32 de un día cualquiera, otro que surge de un chat con mamá, otro habla de un tiempo “perdido” en internet y una exclamación: ¡al fin te veo acá y no en Instagram! Pero también son letras atravesadas por el cuerpo: cuerpos que se atraen, se desean, brillan, enamoran, celebran las disidencias, recorren una ciudad hostil.
Al rato lxs autorxs le sacan sonido a los fanzines. Se juega con las palabras así como Médeler juega con un tema de Shakira loopeándolo en un traductor online. O como Mario cuando se tatúa en vivo el nombre de Santi, el mismo Santi (¿o no?) que nos recibió bailando en una esquina de la sala con un atuendo sado, gibré y un lápiz labial a mano invitando a dejar un grafiti sobre su piel.
Cariño nace en expansión y es todo lo que pasa esta noche: “originalmente se pensó como una editorial de fanzines de poesía, pero poco a poco se va extendiendo, de ahí su nombre Cariño Producciones, porque es un espacio de intercambio que se alimenta no solamente de la escritura sino del arte en general”, explican en su carta de presentación. Cariño es deseo en estado puro. Nace de las ganas de producir y compartir con otrxs y esa idea que surgió charlando en un patio platense ya da sus primero pasos como proyecto colectivo.
“Quiero armar una casa con mis propias manos”, dice la China Made en la plaqueta que se reparte a modo de souvenir y después anticipa que, a mitad de año, Cariño tendrá un espacio físico “lo que significa seguir ampliando el sueño de tener un lugar que albergue todo lo que nos gusta”.
Terminan las lecturas, Mora S. Viamonte musicaliza y la tertulia sigue en los distintos espacios del taller/supermercado: en la escalera caracol, en la terraza con vista a una tormenta que amaga con volver, en la librería del primer piso, en las invitaciones al encuentro fanzinero que se va a hacer ahí mismo al día siguiente.
Con presentación oficial y publicaciones circulando, Cariño se suma a la constelación de editoriales independientes, recitales de poesía, encuentros literarios y colectivos de escritorxs de la ciudad: ¡bienvenidx!